Las circunstancias personales que rodean a cada trabajador son muy variadas y, por tanto, difíciles de “gestionar” por parte de los responsables de un equipo. Cada persona es un mundo, dicen, y lograr un equipo motivado no es tan fácil. Pero, como en todo, hay similitudes. Y un responsable sí que puede cuidar determinadas circunstancias del entorno profesional.
No hablamos de las condiciones económicas, ni tampoco de promocionar. Estas son posibilidades que, aunque interesantes, a menudo, no dependen de los responsables. En cambio, de ellos sí dependen otras muchas, como estas cuatro que explicamos a continuación.
- Ser amables, pedir las cosas por favor y dar las gracias, interesarse (sin entrar en charcos) en aspectos personales que puedan facilitar la relación emocional con el trabajador.
- Conocer de cada persona lo que le desmotiva, para tratar de reducir o eliminar esos factores, y por supuesto conocer también lo que le motiva, para tratar de facilitárselo.
- Dar los apoyos necesarios (de todo tipo) que el trabajador necesita en proporción al objetivo a lograr. Esto implica ser exigentes, al mismo tiempo que desde la organización se facilitan los recursos necesarios para que se puedan conseguir esos objetivos.
- Ser referentes de conducta, dar ejemplo, ser coherentes entre nuestras manifestaciones verbales y nuestros comportamientos.
Repasado cómo lograr un equipo más motivado, quizá te interese conocer, también, cómo desarrollar la auto-motivación. Te lo contamos en este otro artículo.