De un tiempo a esta parte, cada vez con más frecuencia, cuando hablo con amigos y familiares sobre su “bienestar profesional”, observo un mayor desenganche emocional con su empresa.
Generalmente nos incorporamos con ilusión a una compañía o a un proyecto, pero poco a poco y en un lento proceso, nos vamos desilusionando y perdiendo fuelle. Ese compromiso que comenzó siendo sincero se debilita.
¿Cuál puede ser el motivo de esta “desvinculación emocional”?
Aparte de decisiones estratégicas que puedan ser más o menos acertadas, hay otros aspectos que pueden resultar determinantes. Por ejemplo, el salario, las condiciones laborales, la conciliación y la flexibilidad, el ambiente laboral, la relación con los compañeros, las posibilidades de desarrollo y de carrera profesional, el reconocimiento por el esfuerzo y el resultado conseguido. La lista, como ves, es bastante extensa.
Sin embargo, hoy no me voy a centrar en ninguno de ellos como causa de desmotivación y desenganche emocional en la empresa. Me voy a centrar en varios puntos claves que guardan relación con la comunicación. Puesto que, por chocante que parezca, ésta influye en el compromiso hacia nuestra compañía.
- Cuando se produce una “excesiva” incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
- Cuando no se comunican determinados temas que afectan directamente al interesado.
- Cuando se comunican a destiempo.
- Cuando se transmiten de una forma inadecuada (la comunicación es también lo que no se dice y transmitimos todo lo que pensamos sobre el otro de forma inconsciente): por el contexto, el momento o el lugar.
- Cuando no se escucha o no se le pregunta al colaborador, privándole de la oportunidad de ser protagonista del proyecto o de la tarea.
¿Te has desenganchado emocionalmente en algún momento por una mala comunicación? ¿Qué piensas al respecto? ¿Crees que la comunicación es un recurso fundamental que debemos mejorar?