Ya desde el año 2000 aproximadamente, se oía el rumor de una “ola” que iba a revolucionar el mundo de la formación en habilidades. Era el desembarco de la formación “online” que cambiaría muchos paradigmas en la forma de enseñar y aprender.
##¿Ha llegado la digitalización a la formación?
Reconozco mi escepticismo respecto a este formato. Su puesta en práctica, a través de programas “blended” en empresas de diversos sectores, ha dejado bastante que desear en cuanto a su enfoque, uso y aprovechamiento, tecnología y aceptación y comprensión. Bastantes personas de mi generación (nacidos en los años 60) hemos tenido una cierta resistencia a conocer y experimentar con algunos de estos formatos.
##Nuevas competencias y habilidades
También desde hace ya unos años, se habla mucho de las “competencias digitales”. Estas se definen como “el uso crítico y seguro de las Tecnologías de la Sociedad de la Información para el trabajo, el ocio y la comunicación, por parte de los “nativos digitales”. Para sintetizarlas, podemos concretarlas en cinco:
- La información, alfabetización informacional y el tratamiento de datos.
- La comunicación y colaboración.
- La creación de contenido digital.
- La seguridad.
- La resolución de problemas.
En este sentido, es evidente que la mayor parte de los profesionales de multitud de sectores hemos hecho un esfuerzo de adaptación a las nuevas tecnologías (el autoaprendizaje como usuarios informáticos, internet, el uso de redes sociales, el manejo masivo de los smartphones y de sus apps, la gamificación, la interconexión “24 horas-7 días-365 días al año” a una larga lista de productos y servicios con un solo clic, y en bastante menor medida la inteligencia artificial, la robótica, el análisis de datos y la digitalización en general), habiendo cambiado radicalmente nuestros hábitos y actitudes en menos de una generación.
##La crisis del Covid-19 ha obligado a hacer cambios
Ahora, en marzo de 2020, y sin que ningún gurú pudiera predecirlo, nuestro mundo se ha detenido a raíz del coronavirus. De repente, se ha producido un cambio a todos los niveles, en el que podemos observar que la tecnología tiene un papel esencial. Por ejemplo, gracias a ella, mediante el teletrabajo, la mayoría de empresas continúa realizando bastantes de sus actividades profesionales y los equipos continúan conectados, virtualmente. O en los colegios, donde también continúan realizando sus obligaciones y tareas.
¿Podemos extraer algún aprendizaje de esto? Quizás el más claro sea el de que no siempre nuestras tendencias a querer influir en el mercado son eficaces, pues muchas veces son otros factores externos los que se acaban imponiéndo. Creo que la historiología nos aportará datos fiables sobre esto dentro de unos años. Ahora, cabe preguntarse: ¿Habrá llegado ya de verdad la digitalización a nuestro mundo, laboral y personal? Tú, ¿qué piensas?
